Ana ARREGUI BARANDIARAN
La figura de Joaquín Lucarini (Fontecha, Álava, 1905 - Burgos, 1969) está íntimamente vinculada a Álava y a Vitoria no sólo por su nacimiento, sino por la importante cantidad de obras que dejó en la ciudad.1 Entre ellas podemos citar las figuras representando el Comercio y la Industria que decoran el edificio de la Caja Vital Kutxa en la calle Postas, la Alegoría de Álava y de la Construcción, de un edificio de viviendas de la calle Extremadura; la representación de la Templanza y la Fortaleza de la antigua sede de la Caja de Ahorros Provincial de la calle Independencia o los relieves de la Construcción y la Familia en el edificio del Instituto Nacional de Previsión en la calle Angulema.2
Lucarini es un escultor formado en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao, aunque combina esta formación reglada con el contacto con otros maestros como Federico Sáenz, Vicente Larrea, Higinio Basterra y de su propio padre, Ángel Lucarini Puliti quien trabajó en las obras de la catedral nueva de Vitoria3 hasta la finalización de la primera etapa constructiva en 1914. El escultor se da a conocer en la capital alavesa en mayo de 1928 al realizar una exposición en la Escuela de Artes y Oficios4 compuesta de esculturas y dibujos. La exposición tuvo un éxito importante y ello generó un ambiente propicio que hizo que el escultor se decidiera a solicitar una pensión a la Diputación Foral de Álava para ampliar sus estudios en París, subvención que se le concederá en años sucesivos y que le permitirá conocer también Bélgica e Italia.5
Boceto de “La República Española” de Joaquín Lucarini. AMVG
En 1931, Lucarini ya había terminado su formación en el extranjero y alternará su residencia entre Bilbao y Vitoria, trabajando en las dos ciudades. En noviembre de 1931 ofrece al Ayuntamiento de Vitoria un grupo escultórico de 1,05 metros de altura que simboliza la República Española y que, en palabras del propio artista, representa “un cuerpo de mujer pletórico de dinamismo que apoyándose en el progreso representado por unas alas estilizadas de la base produce la impresión de que la figura avanza (efecto aumentado por la dirección de los paños) enarbolando con una mano la antorcha destructora del obscurantismo y la ignorancia, mientras que con la otra invita y anima a los hombres a seguir adelante”6.
Sin embargo, el Ayuntamiento no puede afrontar la compra de la escultura, debido a problemas económicos, “...reconociendo el mérito artístico de su trabajo, tropieza con la dificultad de remunerarlo en debida forma dada la situación de la Hacienda municipal”. Finalmente, en mayo de 1932 se le concede una gratificación de 250 pesetas y será en este mismo mes de mayo cuando Joaquín Lucarini exponga la pieza en la II Exposición de Artistas Vascongados celebrada en el Museo de Arte Moderno de Bilbao y en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.7
Aunque Lucarini no consiguió vender su pieza al Ayuntamiento es posible que el ofrecimiento estuviera relacionado con la visita a Vitoria del presidente de la II República, Niceto Alcalá Zamora, en septiembre de 1932; con este motivo, Ignacio Díaz Olano recibió el encargo de realizar un retrato del presidente para el Ayuntamiento y una Alegoría de la República para la Diputación.8 A diferencia de Lucarini, Díaz Olano la representa a la manera tradicional como una matrona, bien de pie o bien sentada como en este nuestro caso, con un león a sus pies.
Esta “Alegoría de la República” recuerda a otra obra de Lucarini, quizá una de las piezas más importantes de la escultura vasca del momento como era la “Victoria de la Música”, realizada en 1932 y en paradero desconocido o perdida en la actualidad.9 La obra tuvo una enorme repercusión y obtuvo importantes críticas tanto nacionales como en el extranjero y se valoraba como una reinterpretación de la escultura clásica, cercana al modernismo.10
“Proyecto de altorrelieves del Hospital Antituberculoso de Leza. Juan Sebastián de Elcano”. Nº de inventario 3070. Museo de Bellas Artes de Álava.
Como vemos, son años de intensa actividad artística y en los que el artista recibe encargos de importancia. En 1934, la Diputación Foral de Álava le encarga unos relieves de bronce y seis pequeñas figuras de carácter ornamental para el Sanatorio Antituberculoso de Leza (Álava), edificio realizado en 1930 por el arquitecto Pablo Zabalo. Los relieves estaban dedicados a Trueba, Elcano, Samaniego y Cervantes11 y las seis figuras, ejecutadas en mármol, representaban a pequeños niños o angelotes, una temática que Lucarini había tratado con anterioridad. Los relieves muestran el dominio de la técnica que ya había adquirido, la importancia que le da a la composición y destacan por el aire de clasicismo que rezuman estas obras.12
La ejecución de este proyecto le supuso un importante reconocimiento profesional y cronológicamente coincidió con otra obra importante. En el mencionado año de 1934 gana un concurso convocado por la Caja de Ahorros Municipal de Vitoria para la ornamentación de la fachada de su nuevo edificio, situado en pleno centro de la capital alavesa, en la calle Postas, en el solar de los antiguos cuarteles de San Francisco, que albergaban a su vez las ruinas del convento franciscano.13 Las esculturas se colocaron en febrero de 1935, una vez que el edificio estaba ya inaugurado y su colocación despertó un importante interés en la ciudad.14 Se trata de dos esculturas que ocupan los nichos principales de la fachada; son dos matronas, de estilo clásico, con un ligero movimiento y cierta estilización conseguida por la posición de las piernas y que buscaban simbolizar —no podemos olvidar que se trataba de un concurso y los artistas están más limitados por el encargo— la alianza de la Caja de Ahorros con la Industria, el Comercio, la Agricultura y las Bellas Artes. Por ello, una de las figuras lleva a sus pies la rueda del trabajo, mientras que en las manos sujeta los atributos de las otras actividades. La segunda figura es una interpretación del cuerno de la abundancia, que sujeta con una mano, mientras que con la otra cobija la figura de un niño desnudo, un angelote, un elemento muy común en la obra del artista. Esta etapa tan fecunda se cierra con el triunfo en el concurso organizado por la compañía de seguros “La Equitativa” para la decoración de la fachada de su sede social en Bilbao. Esta obra fue de pleno agrado del artista y la presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1936.15
“Niño de los peces”. Nº de inventario 3072. Museo de Bellas Artes de Álava.
En estos años inicia una colaboración con Isidoro de Guinea para la realización de una serie de placas conmemorativas.16 La relación entre ambos se inició en las aulas de la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao donde Guinea era profesor y Lucarini su alumno. La colaboración se concretó en la ejecución de una placa en homenaje a Luis de Briñas en Bilbao, (homenaje promovido por la Asociación Vizcaína de la Caridad) y otra placa en recuerdo del sacerdote Domingo de Aguirre en su localidad natal de Ondarroa (Bizkaia).
La Guerra Civil supone un freno en el mundo artístico, quizá ampliado en la escultura por la escasez de materias primas y por el hecho de que el Estado y la Iglesia se convierten en los únicos clientes.17 A pesar de ello, Lucarini continúa trabajando y dedicándose de manera plena a la escultura, con residencia en Vitoria (en la calle Comandante Izarduy), residencia que mantendrá hasta su definitivo traslado a Bilbao en 1944.18 La capital alavesa fue zona nacional desde el comienzo de la guerra civil y por su proximidad Burgos, capital de dicha zona, fue el cuartel general del Ejército del Norte y más tarde sede de alguno de los nuevos ministerios del gobierno nacional.
Es en este contexto histórico en el que Lucarini tendrá que trabajar estos años. Los encargos se reducen de manera importante y se limitan a placas conmemorativas o relieves alegóricos a la nueva situación política. Entre los trabajos del momento podemos destacar una placa, hoy desaparecida, en el antiguo aeródromo de Vitoria denominado a partir de 1937 “Aeropuerto del General Mola”19. Realiza también un altorrelieve dedicado a los Héroes del Alcázar de Toledo por encargo del Ayuntamiento de Logroño y para los cuarteles de Infantería de Flandes (Vitoria) y de Bailén (Logroño) realizó sendos Monumentos a los Caídos.20
En este momento, hacia 1938, Joaquín Lucarini recibe el encargo, fallido, de realizar una lápida, un altorrelieve en homenaje a Ramiro de Maeztu (1874 - 1936), obra de la que sólo conservamos una imagen custodiada en el Archivo Municipal Pilar Arostegui de Vitoria-Gasteiz. La idea de realizar un homenaje a Maeztu, tras su fusilamiento en 1936, rondaba ya en la sociedad vitoriana.21 Anteriormente, en 1928, la ciudad le había tributado un homenaje con motivo de su nombramiento como embajador en Argentina y con ese motivo se le dio su nombre a una de las calles de la ciudad, la actual calle Magdalena.22
Sin embargo, en 1938, se intenta realizar un homenaje más completo, al principio propiciado por la Congregación Mariana y más tarde por las instituciones como el Ayuntamiento de Vitoria o el Ministerio de Educación. El homenaje, en el que también estaban involucrados su madre Juana Whitney y su hermano el pintor Gustavo de Maeztu, implicaba el traslado de los restos mortales de Maeztu al cementerio vitoriano de Santa Isabel y el solicitar al Ministerio de Educación que el Instituto de Enseñanza Media de la ciudad pasara a llamarse “Ramiro de Maeztu”. Es en este momento cuando interviene Joaquín Lucarini ya que se pensaba realizar una lápida para que se colocara en dicho instituto, donde Maeztu había sido alumno.
La obra se planteaba como un altorrelieve de 100 x 110 cm y seguía formalmente el esquema utilizado por Lucarini en otros proyectos, pero dentro de un mayor clasicismo y con menos fuerza y frescura que en las ocasiones anteriores. Se representa la figura de Ramiro de Maeztu de medio cuerpo, con un modelado vigoroso, especialmente conseguido en la expresión del rostro. En una de sus manos sujeta un ejemplar de su obra más conocida, “Defensa de la Hispanidad”. Al fondo, se ve la representación de América y de parte de Europa, donde destacan con especial importancia unas carabelas que parten de España hacia el Nuevo Mundo, incidiendo en el tema anteriormente comentado. Tanto en la parte superior como inferior figura una leyenda y justo debajo de la figura del homenajeado el lema “FE Y AMOR DE ALAVA”23. Es un claro ejemplo de la escultura del momento, muy marcada por las directrices del encargo; el artista debe reflejar fielmente el motivo o el lema, en este caso la vinculación de la figura del homenajeado como defensor de la conquista y colonización de América24, y ello le lleva a limitarse, a contenerse, tanto en la composición como en la ejecución, buscando siempre un academicismo clasicista que hace que la obra se convierta en algo mucho más frío. Sólo han pasado unos pocos años de la ejecución de otras obras como los altorrelieves de Leza, las obras en Vizcaya en colaboración con Isidoro de Guinea, o la obra “Maternidad” de la colección del Museo de Bellas Artes de Álava, pero cualquiera de ellas muestra una mayor modernidad, movimiento y libertad, cualidades de las que este proyecto carece.
“Proyecto del homenaje a Ramiro de Maeztu” de Joaquín Lucarini. AMVG
La delicada situación económica hizo que el proyecto se desestimara “...aún reconociendo el mérito artístico que indudablemente habría de tener la ejecución del mencionado trabajo, entiende que no procede aceptar el presupuesto presentado por encontrarlo elevado”.25
Años más tarde, en enero de 1940, el Ayuntamiento de Vitoria encarga a Gustavo de Maeztu un retrato de su hermano Ramiro para ser colocado en el salón principal de la Casa Consistorial26 y quizá compensar de esta forma la imposibilidad de realizar el prometido homenaje y el traslado de los restos al camposanto vitoriano.27
Vemos por ello como el proyectado homenaje a Maeztu se diluye hasta el año 1962, momento en el que se cumple el XXV aniversario de su fallecimiento. Con este motivo se colocó una placa en su casa natal en la calle Ortiz de Zarate28 y se realizó un acto conmemorativo con la presencia de autoridades locales y nacionales.
La idea de realizar una escultura en homenaje a Maeztu continuó a lo largo de los años y tuvo su fiel reflejo en la prensa de la época.29 Finalmente, en 1974 con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento, se colocaron una placa y un busto en el instituto que lleva su nombre. El autor del busto fue Julián Ortiz de Viñaspre, director del centro en ese momento.30
1 Para obtener una visión completa de la vida y obra de Joaquín Lucarini:
BEGOÑA, Ana de; BERIAIN, María Jesús, Joaquín Lucarini. Escultor, Vitoria, Diputación Foral de Álava, 1985.
MARRODÁN, Mario Ángel, “Vida, obra y arte escultórico de Joaquín Lucarini” en Ondare nº 5, pp. 279-344.
SARRIOUGARTE, Iñigo, “Joaquín Lucarini Macazaga. El esfuerzo y la constancia de una vida unida a la escultura” en Joaquín Lucarini. Escultor. Exposición Antológica, Vitoria-Gasteiz, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, Vitoria-Gasteiz, 1997.
SAENZ DE GORBEA, Xabier, Joaquín Lucarini en el centenario de su nacimiento 1905-2005, Vitoria-Gasteiz, Museo de Bellas Artes de Álava, 2005.
2 RODRÍGUEZ PELAZ, Celia [et al.], 50 años de escultura pública en el País Vasco, Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, 2000, p. 169.
Esculturas en espacios públicos de Vitoria-Gasteiz, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, Vitoria-Gasteiz, 2002, pp. 38, 40, 42, 44
3SAENZ DE GORBEA, Xabier, op. cit., p. 10
4 Lucarini había expuesto en Bilbao ese mismo año y había obtenido críticas muy elogiosas. Su exposición en Vitoria es bien recibida en la prensa local: “El escultor alavés Joaquín Lucarini expondrá sus obras en Vitoria” en Heraldo Alavés 4-IV-1928; URALDE, Julián de, “Artistas alaveses. Ante la exposición Lucarini” en Heraldo Alavés 5-V-1928, p. 3.
5 Archivo del Territorio Histórico de Álava (en adelante ATHA) DH 5886 nº 45 1928. Don Joaquín Lucarini interesa una subvención para terminar sus estudios escultóricos.
ATHA DH 5901 nº 49 [1929]. Don Joaquín Lucarini, natural de Puentelarrá y pensionado en el año actual por esta Diputación para perfeccionarse en el arte de la escultura suplica se le renueve la pensión para el año próximo.
ATHA DH 6130 nº 48 [1931]. Don Joaquín Lucarini suplica se le pensione en el año 1931 para perfeccionar sus estudios escultóricos.
6Archivo Municipal Pilar Arostegui Vitoria-Gasteiz (en adelante AMVG) 33/12/20. [1931]. Don Joaquín Lucarini ofrece un grupo escultórico que simbolice la República Española.
7 La exposición se celebró del 15 de mayo al 15 de junio de 1932 y Lucarini presentó dos obras, “La República Española” y “Lanzador de peso”. Vid. II Exposición de Artistas Vascongados [Catálogo], Bilbao, Museo de Arte Moderno, 1932, s/p
MARRODÁN, Mario Ángel, op. cit., p. 314
8 ARCEDIANO SALAZAR, Santiago, Ignacio Díaz Olano, Vitoria-Gasteiz, Caja Vital Kutxa, 2001, p. 132
Arte vasco hasta los 50 en el Museo de Bellas Artes de Álava, Vitoria-Gasteiz, Diputación Foral de Álava, 2001, p. 116
9 SÁENZ DE GORBEA, Xabier, op. cit., pp. 16-17
BACIGALUPE, Daniel, “Joaquín Lucarini, el convidado de piedra” en Bilbao, Julio 2005, p. 16. El artículo recoge una entrevista con su hijo Leonardo donde se refiere a la destrucción de las mismas, “...cuando entran las tropas de Franco en Bilbao en 1937, mi padre que era un significado simpatizante de izquierdas tiene que sacar las esculturas de su estudio de la calle Zabala y repartirlas por distintas lonjas. Lamentablemente, las más grandes tuvieron que ser destruidas a toda prisa y así es como desaparecieron ambas”
10 Una de las críticas del momento la describe de la siguiente manera: “...en un movimiento espléndido, de un equilibrio admirable, el cuerpo armonioso que simboliza este arte es llevado por la inspiración hacia el ideal”. Vid. MORRO, Climent, “Vida artística. El arte contemporáneo. Joaquín Lucarini” en Pensamiento Alavés, 5 de mayo de 1936, p. 5
11 ARRIZABALAGA LOIZAGA, Vicente, “Cuatro altorrelieves de Joaquín Lucarini en el Hospital de Leza” en Sancho el Sabio, nº 10, Vitoria-Gasteiz, Fundación Sancho el Sabio, 1999, pp. 139-147
12 El Museo de Bellas Artes de Álava alberga en sus fondos unos dibujos preparatorios de dichos relieves, donados por la familia del escultor, que permiten apreciar la calidad técnica del dibujo
13 En este edificio, la Caja de Ahorros Municipal quería modernizar sus oficinas centrales, incluyendo la sede social, además de colaborar con el Ayuntamiento al edificar en un solar situado en el centro de la ciudad. La obra fue muy compleja por distintas circunstancias; entre ellas se puede destacar la polémica surgida por el derribo de los restos del convento de San Francisco, así como una posterior huelga de los obreros encargados de la construcción. Para más información, RIVERA, Antonio, “La aparición de la Caja Provincial y la crisis de la monarquía alfonsina” en Caja de Ahorros de Vitoria y Álava. Ciento cincuenta años en la historia de Álava,Vitoria-Gasteiz, Fundación Caja Vital Kutxa, 2000, pp. 143-186 y PABLO, Santiago de, “La Segunda República y la guerra civil” en Caja de Ahorros de Vitoria y Álava. Ciento cincuenta años en la historia de Álava, Vitoria-Gasteiz, Fundación Caja Vital Kutxa, 2000, pp. 187-275
14 “Llegada de dos esculturas” en Pensamiento Alavés, 13-II-1935; “Colocación de estatuas” en Pensamiento Alavés, 14-II-1935; “Las esculturas del nuevo edificio de la Caja de Ahorros” en Pensamiento Alavés, 15-II-1935
15 FERNÁNDEZ ECHEBERRIA, M., “Artistas vascos. Joaquín Lucarini Macazga, el escultor a quien se le ofrece un brillante porvenir” en Excelsius, 28-V-1935
16 LERTXUNDI GALIANA, Mikel, Isidoro de Guinea y las artes decorativas, Donosita-San Sebastián, Diputación Foral de Guipúzcoa, 2007, pp. 134-135
17 UREÑA PORTERO, Gabriel, “La escultura franquista: espejo del poder” en Arte del franquismo, Colección Cuadernos de Arte Cátedra nº 13, Madrid, Editorial Cátedra, 1981, p. 89
18 AMVG 30/34/34. [1944]. Exclusión del padrón por traslado a Bilbao de don Joaquín Lucarini Macazaga y su esposa doña Concepción Gobantes Castro y su hijo Miguel Ángel.
19 Emilio Mola Vidal, jefe del Ejército del Norte, había sido nombrado Hijo Adoptivo de Vitoria junto al general Franco en octubre de 1936. AMVG 35/23/44. Moción del señor Alcalde nombrando Hijos Adoptivos de la ciudad de Vitoria a los gloriosos generales señores Franco y Mola.
Mola muere en un accidente de aviación en la provincia de Burgos el 5 de junio de 1937 y el avión había partido de Vitoria. AMVG 28/5/14. Moción del alcalde proponiendo que al aeropuerto de Zalburu se le de el nombre de “Aeropuerto del General Mola”.
SEDANO LAÑO, José María, Placas y lápidas. Epigrafía vitoriana. Monumentos y esculturas, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, Vitoria-Gasteiz, 1999, p. 260
20 MARRODÁN, Mario Ángel, op, cit, p. 315
BEGOÑA, Ana de; BERIAIN, María Jesús, op. cit., p. 61
21 GARCÍA DE ALBENIZ, Felipe, “Ramiro de Maeztu” en Pensamiento Alavés 1-I-1938, p. 3
22 Con la llegada de la República, la calle perdió el nombre y tras la muerte de Maeztu se restituyó el nombre en la calle que lleva su nombre en la actualidad. Vid. VAL, Venancio del, “Sus primeros años” en En torno a Ramiro de Maeztu, Biblioteca Alavesa Luis de Ajuria, vol. 10, Vitoria, Institución Sancho el Sabio, Caja de Ahorros Municipal, 1974, p. 41
23 “...También estando en el despacho de la Diputación llegó el escultor señor Lucarini con una fotografía del boceto que ha hecho para la placa que se proyecta colocar, costeada por las Corporaciones Provincial y Municipal en el Instituto de Segunda Enseñanza en memoria y recuerdo del ilustre vitoriano Ramiro de Maeztu...” en “El boceto de la placa en memoria de Ramiro de Maeztu y la bandera para el guardacostas Álava” en El Norte, 11-X-1938, p. 3
24 FUENTE, Javier de la, “Dinámicas de identidad local: cultura y vida cotidiana, 1936 - 1964” en Dictadura y desarrollismo. El franquismo en Álava, Vitoria-Gasteiz, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, 2010, pp. 96 - 97. El autor hace referencia a una tendencia habitual en la posguerra, la de “vitorianizar a los vitorianos”. Con ello se refiere a personajes sin una especial afección especial por su lugar, personas que estaban alejadas del “vitorianismo” o que ni siquiera habitaban en la ciudad y que, sin embargo, eran recuperados como los mejores ejemplos locales. Buen ejemplo de ello es la moción aprobada en 1939 por el Ayuntamiento vitoriano que solicitaba el traslado de los restos mortales del escritor al cementerio de Santa Isabel. Vid. AMVG 28/10/108. Homenaje a la memoria de Ramiro de Maeztu [1939]
25 El presupuesto presentado por Lucarini ascendía a 3.500 pesetas. AMVG 28/14/33 [1938]. Escrito y presupuesto de don Joaquín Lucarini para la erección de una placa a la memoria de don Ramiro de Maeztu
26 “Ayuntamiento” en Pensamiento Alavés 26-I-1940, p. 2
Fondos de Arte del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz (1800 - 1959), Vitoria - Gasteiz, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, 2005, pp. 102 - 103.
27 En 1939 el Ayuntamiento de Vitoria había aprobado una moción para trasladar los restos mortales de Maeztu al cementerio de Santa Isabel y había acordado dar su nombre al Instituto de Segunda Enseñanza, donde el intelectual había recibido sus primeras enseñanzas. Finalmente, en 1940, tras comprobar la imposibilidad del traslado de los restos a Vitoria, se consiguió dar el nombre al Instituto. Vid. AMVG 28/20/108. Homenaje a la memoria de don Ramiro de Maeztu [1939]
28 VAL, Venancio del, op. cit., p. 41
29 TENERIAS, “Facetas locales” en Pensamiento Alavés, 21-VIII-1947, p. 2
TENERIAS, “Facetas locales. ¿Hay pocos o muchos monumentos en Vitoria?” en Pensamiento Alavés 11-XI-1947, p. 3
TENERIAS, “Facetas locales. El monumento a Ramiro de Maeztu en La Florida” en Pensamiento Alavés 8-VI-1957, p. 7
VAL; Venancio del, “Maeztu, los maestros y Vitoria” en Pensamiento Alavés, 27-XI-1957, pp. 2 y 8
SIERRA, Ramón, “Un monumento a Maeztu” en Norte Express, 12-VIII-1974, p. 3
30 SEDANO LAÑO, José María, op. cit., p. 212
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